Construcción

Departamentos de 57 mil UF, sus dueños y la constructora: una disputa en una de las calles más caras de Chile

Un grupo de propietarios en un complejo en San Damián demandaron a la firma encargada de levantar las viviendas, exigiendo una millonaria indemnización, lo que es rechazado por la empresa, que apuntó a “una mezcla entre abuso y capricho”.

Por: J. Troncoso Ostornol | Publicado: Lunes 5 de febrero de 2024 a las 08:30 hrs.
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El epicentro del conflicto es Av. San Damián 660, Las Condes, uno de los sectores más caros de Santiago. Ahí se levantó un complejo inmobiliario de alto estándar, con 15 exclusivos departamentos. Y los propietarios de éstos, acusando “múltiples errores de construcción”, demandaron a la empresa que levantó el inmueble, la que -por el contrario- rechazó las acusaciones y apuntó a “una mezcla entre abuso y capricho” de los dueños de las viviendas.

El juicio está radicado en un juzgado civil de Santiago, y actualmente está en etapa de presentación de testigos tras más de un año de iniciado.

“Lamentablemente las expectativas de los demandantes al corto andar se transformaron en decepción y angustia, al encontrarse con un edificio con múltiples errores de construcción, muchos lisa y llanamente burdos, que en algunos casos incluso comprometen su habitabilidad; al existir filtraciones, grietas e incumplimientos graves de la normativa de instalaciones eléctricas que ponen el riesgo la seguridad de los propietarios”, dice la demanda, patrocinada por el abogado Francisco Javier Fernández. “En síntesis, mis representados adquirieron inmuebles mal hechos, con terminaciones en el mejor de los casos mediocres cuando no derechamente inaceptables y trabajos inacabados en otros casos”, añadió.

“Las afirmaciones de la demanda, que por cierto negamos, traspasan el límite de una argumentación razonable, y que bajo ninguna circunstancia aplican a la realidad constructiva del proyecto”, dice la constructora.

La constructora, representada por Francesco Campora y Juan Pablo Letelier, pidió a la justicia rechazar la demanda, en la que se solicitó el pago de supuestos perjuicios por $ 418 millones, más intereses

“Creemos, sin temor a equivocarnos, que las afirmaciones de la demanda, que por cierto negamos, traspasan el límite de una argumentación razonable, y que bajo ninguna circunstancia aplican a la realidad constructiva del proyecto”, dice la respuesta de la constructora.

Y añadió: “A partir de esta genérica y vaga descripción se rasgan vestiduras, postulando que las supuestas fallas, errores o defectos comprometerían incluso la habitabilidad de los edificios y departamentos en comento, los que estarían derechamente mal hechos. Estimamos que afirmaciones tan categóricas exigen una fundamentación acorde, claramente inexistente en la demanda. En especial cuando, en paralelo a este juicio, alguno de estos departamentos supuestamente ‘ruinosos, prácticamente inhabitables y mal hechos’, son ofrecidos en venta al público en la friolera de UF 57.000, es decir, prácticamente $ 2.000 millones (¡!), destacando sus ‘espectaculares acabados’ y ‘finas terminaciones’”.

Súper lujo

Para los demandantes, la mayoría de los defectos de construcción dicen relación “con un trabajo constructivo mal hecho y desprolijo”. Entre estos se destacan “filtraciones en casi todos los departamentos (cuya única causa no puede sino ser un trabajo mal ejecutado), espejos rayados (que no salen así de la fábrica), fisuras en uniones y hormigón y, en general, terminaciones descuidadas, sistema de calefacción y agua caliente que no funcionan correctamente debido a la mala instalación de los equipos, porcelanatos rotos, entre otros”.

La constructora, por su lado, apuntó a un supuesto vínculo entre los demandantes y la inmobiliaria a cargo de la venta de los departamentos.

“Sorprende ante todo que los demandantes no hayan sincerado que, en la especie los pretendidos propietarios ‘primeros compradores’ son, en su inmensa mayoría, los mismos dueños detrás del mandante del proyecto, Inmobiliaria Las Mercedes S.A.”, dijo la constructora. “Lo anterior se explica en el origen de este proyecto: el acuerdo de un grupo de personas de muy alto patrimonio que constituyeron una inmobiliaria ad-hoc que construyera departamentos de súper lujo para ellos mismos”, aseguró.

Según explicó la empresa, la demanda debe ser rechazada porque las obras en cuestión fueron definidas en detalle por los propios mandantes, que fueron ejecutadas de acuerdo al diseño y planos definidos por estos, que fueron equipados en los términos precisos definidos por ellos, y porque las obras fueron recibidas conforme y a su entera satisfacción, según las actas de recepción conforme.

“También resulta extraño que los demandantes hayan preferido omitir que estos decidieron habitar los departamentos en comento mucho antes de su recepción municipal y de su venta (…) y también omitieron las relevantes modificaciones que ejecutaron con las obras ya concluidas, y que explican parte sustancial de los daños que ahora abusivamente imputan”, aseguró la compañía, y añadió: “Así, con el afán de traspasar a la constructora responsabilidades ajenas y daños autoinfligidos, que no le correspondían ni legal ni contractualmente, los propietarios realizaron una cantidad importante de solicitudes derechamente improcedentes”.

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